sábado, 9 de abril de 2011

Novio de aire



Tómame en tus brazos, soy parte de ti.
Eres mi luz y por vos camino,
déjame llegar a tus labios lentamente
y en serenos momentos
desarmar nuestra alma.
Toca mi aire,
siente mis palabras
tal como las siento al decirte
que mi vida es tuya.

He buscando la llave
de tus caricias
y el tiempo dio resultado.
Llegas a tiempo,
cuando la luz se iba a apagar,
exactamente a la hora
en el que el aire se expande
y no logro respirar.
Al borde del precipicio
repitiendo frases de preso
pidiéndote los minutos,
implorándole a una tarde
tu sangre en mis venas.
Cumplamos las no-promesas,
toquemos fondo en este viaje,
llevemos la luz al año
y entre paredes formemos un nombre.

Toma mis palabras por el cuello
con precisión,
formemos escenas perfectas
junto a la luna,
en tu balcón, sueño con eso.
Entreguémonos al vuelo
del “por siempre”
pensándolo ya.
Borremos los gestos
y heridas marcadas en el pecho,
te borraré hasta las cicatrices
como si todo hubiese sido pesadilla,
como si tu vida fuese mía.
la casualidad compró
un disfraz intacto,
soltó un efecto
para que nadie nos oiga marchar,
como cometas en los suelos.

Tú, tan perfecto entre tanta imperfección,
permíteme amarte en silencio,
permíteme dormir en tus noches,
calar tus tardes con mis besos
a flor de piel.
La paz de tus ojos
no me ha dejado reaccionar,
es como un hechizo total,
lo que nunca supe sentir
es lo que me parte el corazón
besando tu imagen sin pensarlo.
No sé cómo explicar
ese anuncio que realiza
la historia
de amores que un día
nos tocará contar.
Disimulemos el sueño,
hagamos inventos
sobre hacer girar al mundo
así como nos hizo girar
y caer en pie.

Puedo ver los restos de otoño
en nuestras manos, tan lejanas,
me dejé llevar por tus ojos
y hoy ¿qué puedo decirte?
Daría esta breve vida
con tal de verte sonreír por siempre.
niño de tren,
alma de músico.

Descansaré en la nube de tu pecho,
pensaré por siempre en tu silencio,
en esos “te amo”
que se quedan cortos
y lejanos a este sentimiento.
Solo tú comprenderás mis frases,
novio de aire,
solo tú caminarás mis carreteras,
solo tú dormirás en mi pecho
mientras te beso lentamente
e insisto:
lentamente.

Shirley Romero

jueves, 7 de abril de 2011

Intenso en silencio



Hagamos un pacto,
te rozo el cuello
con los labios
y dormitas en mi pecho.

Guardemos silencio
y nos volvemos reales.
A oscuras, la tarde
será de fuego
y caerá la luna en tus ojos,
insisto.

Siéntate en mis pupilas,
róbame la sangre,
vierte en mí tu aire,
sé que es sencillo entre nos.
Piénsame y tómame
por la espalda rotundamente.
No destruyamos los minutos,
déjame llegar a tus brazos,
ya.

Y si te amo
y han de enterarse las masas
¿qué hay de mí?
Podría entregarte la vida,
podría abrirme el pecho,
sacarme el corazón aún latiendo
e intensificar lo letal
de los miedos.

Me desgarras,
pensamos las mismas cosas
y al hablar
la conexión eléctrica
rompe el tiempo
y la sinfonía
se vuelve hielo
mientras mi voz
se torna fresca
y te suelto frases por las mañanas
que han de robarte el sentido.

Veamos el sueño por su columna.
Tú, solo tú,
pudiste escribir en mi alma
dos palabras
que tocaron lo profundo,
que llegaron a lo sublime.
Hagamos el pacto por hoy,
por esta noche
marcando un “por siempre”.

Déjame sentir el sabor
de la dulzura de tu presencia
tan solo por tres segundos
o quizá cinco
y no vivamos el ayer,
formemos un mundo,
formemos la luz,
nuestra luz.

Déjame sentir tu mano
en mi cuello,
esta vez te toca a ti
y déjame morir
de pánico…
Solo déjame intentarlo.

Hoy quizá hablemos,
hoy quizá durmamos
en el mismo sueño
y en diferente lugar.
Susténtame la sien
como si fuese tu gitana,
déjame crearte un nombre,
déjame ser árbol,
déjame simplemente
déjame.

Shirley Romero

Mayor o menor


Sin dolor alguno he decidido
arrancarme el alma por hoy,
entregarte la sangre
y quebrar mis huesos
en tu nombre,
nombre de hermano,
nombre de amanecer.

Déjame pedirte el futuro
en las manos,
déjame pedirte que no olvides,
que no tomes en falso mis palabras.

Tú, que eres ese hermano
que me ha visto crecer,
hemos tocado los odios juntos
y hemos tocado el amor a la vez,
me comprendes hermano,
mayor o menor,
eso es lo de menos,
solo recuerda que nos entendimos,
que nos entendemos.

Me toco el pecho
y recuerdo hace cinco años,
niños de palabrerías,
fantaseando con un mañana irreal,
recuerdo esa pluma
con la que me electrocutaste
ese jueves, como hoy,
jueves de vida.
Y déjame clamarte,
hermano,
hasta que la noche se aclare.
Déjame en paz,
déjate en paz.

La luna no se convencerá
y puede que hayan cosas en la vida
que no se logren
y ¿qué, si no?
da igual, ya el camino se ha formado
y piensa en el tiempo
que nos une,
piensa en el que nos aleja
y todo es posible,
toda lejanía se cubre con palabras de papel,
esa carta que he de enviarte
como en el tiempo de antes,
se me desborda una lágrima serena,
me irrumpe la nostalgia
y ya te extraño,
pequeño y remoto muchacho.

No me olvides,
suena tan repitente,
tan “misma-frase”,
pero me da horror la vida
y si te vas del camino, me voy,
solo te pido ser culpable
de volverme niña
y llorar si no estamos,
como ese hermano
que nunca tuve
pero ahora tengo.

Que siga la vida,
que se intensifique
la aurora,
esto es de hermanos,
esto es de vida
y sus mil años
de existencia.

A: Kevin Vasquez, quien me ayuda a cruzar el camino en la más profunda oscuridad.
Shirley Romero

Recordá, hermano, recordá


La ciudad se duerme,
los pasos se internan
en nuestras entrañas
y miramos los domingos
por la noche pasar entre calles.

Hoy, te vi cruzar esa calle,
mejor dicho yo la crucé,
hermano mío,
y hablamos del alma,
la luz, la luna.

La lluvia jugaba con mis cabellos
y soltamos la risa…
Todo se convierte en un lugar común
pero son palabras simples,
haciéndote recordar
que sos mi hermano,
que sos mi sangre,
y sabés el margen de mis andares,
y sabés mi vida intensa,
y sabés la lucha en pasos.

Conozco tu vida,
conozco tu nombre,
conozco tu sentir,
hermano, amigo, dueño del cielo.

Hoy solo deseo recordarte
entre palabras juntas
que no he de olvidarte,
que he de recordarte
en mi camino.

La estación está puesta
y pasaste conmigo
esa terrible situación,
esa noche sombría
llena de seguimientos,
sugerencias de vida
antes de morir,
antes de los mil suicidios
y nos reímos días y noches.

Hoy recuerdo
y mi piel se vuelve frívola
de raíz.
Mira esta noche como se toca
el rostro con las estrellas,
notá la pirámide
fuera del sol,
ese sol inquebrantable
que va uniendo esta hermandad.

Recordame esta noche,
esta madrugada de abril,
recordá aquella tarde
donde empezamos a hablar,
aquellas gradas de parque continuas,
aquella fecha de no sé cuándo,
recordá, hermano, recordá.

He nacido con algo en mira,
me conocés, sabés lo que pasa
y guardás silencio, intenso, sereno.
Solo recordá las mil palabras,
las mil victorias,
las mil derrotas.

Aún si la ciudad duerme
seguimos existiendo,
domingos por la noche,
yo solo te pido:
recordá, hermano, recordá.

A: Jose Bell, hermano del alma

Shirley Romero

martes, 5 de abril de 2011

Cae al lago

Cuando la luz golpea el pecho
el magma de mis lágrimas
consume tu nombre.
Dame solo un beso,
que alcance un vicio que duela.
Déjame mirarte de rodillas,
déjame descansar
por si la luna cae al lago.

El agua sigue en el vaso,
sobre la mesa en mi habitación
y tengo pocas palabras,
mientras tocas esa guitarra fría
para mis versos de aire,
como una hoja veloz.
El compás de los cristales
toman su figura diseñada
por un nocturno lamento
hacia la lejanía.

Este abril de lunas en el cuello,
se vuelve intenso,
se revuelve en el ayer
formando el hoy floreciente.
Formamos mundos con respiros,
acabamos creando la mejor
pieza de mar que pudo haberse hecho.
Toquemos fondo que esta noche nos alcanza.
No dudemos más,
no soltemos las palabras,
no dejemos que se rompa esta piel.

Puedo verlo,
siento miedo,
el cielo se queda corto en tamaño,
lo más verdadero está entre manos,
en las nuestras,
las que aún les falta vivir,
sin defender el tiempo,
sin colgar el teléfono
por las noches,
el reproche del mundo,
tus brazos y mi cuerpo.
No lo imaginarás,
no faltaré.

La vida dice sí ante todo este girar,
hoy por aquí,
desde esta habitación,
cuando la luz golpea el pecho
y la poesía se vuelve nula
no faltarán estrellas en los labios,
es por hoy,
es por siempre.

Shirley Romero

lunes, 4 de abril de 2011

Palabra inexistente



“…nací solo para verte llegar a mí…”


Este árbol sigue en pie con la torre de cartas en su lugar…no caen…no se mueven. Entre las ramas de esta historia todo se vuelve intacto, llamadas telefónicas, mensajes de aire, frases entrecortadas, todo se vuelve perfecto por medio de las imperfecciones. Te siento al lado, estando allá, en la penumbra y te pienso sin pensarlo. Adicta a tus sueños, enferma entre sangre tan pura, rodeada por tu aire; y, este suspiro escrito tan simple, palabras tan llenas de alma, tan corazón abierto, jamás cabrán en vos palabras tan simples para tanta perfección. 

Aún no escribo algo perfecto y pensándote jamás lograré escribir las más perfectas palabras que definan tu alma, porque en vos veo la palabra que no existe, la que define todo sin saberse decir, como una mirada de un niño al ver pasar las nubes, esa mirada de luz que logro captar a la hora en que la noche cae, se vuelve ciega; tan solo te miro y miro a lo lejos esa vida perdida que encontramos ahora. Ese día, a plena mañana, mientras el quehacer se vuelve lugar común y vos llenándome el alma con risas eternas y equivocaciones que solo vos y yo sabemos, esas vigas que cargaba la mañana, esas palabras sonrojadas que nos llevó al hoy, ese ayer que terminó tan tenue trayendo lo mejor de sí a dos almas perdidas no sé dónde, quizá en una avenida de esas pocas que por aquí se cruzan, en algún parque, en algún choque de hombros sin saber qué quiere la vida. Me río de ver cómo crece el tiempo, saber que ayer era muda y el ciclo de lunas bajó el frío de mi pecho, en esta garganta que solo sabe cantar para sí. Y ayer quizá te escribí algún cuento con un breve lapso de historia o histeria por verte de paso en mis sueños y jamás en mis pasos de sueño. Tantas canciones, errores, secretos, ideas, mitos, letras, risas, sollozos, dudas, correcciones, firmezas, traumas, egoísmo entre nos pero para nos. Niño de luz, de aire, de fuego, de mar, ojos de luna, sí, sigo con ojos de luna como una segunda parte a alguien de aire, esa inexistencia temporal donde todo llega a ser totalmente real, pasa de lo ficticio a la realidad total en nuestras noches, nuestras madrugadas donde el pecho se abre en mil pedazos y saca a flote tanto barco navegando por ahí buscando salida urgente. 

Y esta noche te propongo un trato, vos te callás y yo hago lo mismo hasta que el amanecer nos una en uno solo, piel con piel y sintás lo que nunca has sentido en solo dos palabras que te digo día a día, noche a noche, madrugada a madrugada y tarde a tarde y si existiera una hora más, una etapa más de día igual te lo diría. Pedíme que sea la cómplice de tus años, pedíme que la vida no nos suelte y si nos suelta que sea cosa de dos. A oscuras cantarte, besarte y tocarte la mente con mis ojos, recordar que tus ojos son de luna, una luna intacta, perfecta, única. Darte mi amor sin condición y decirlo no como se dice comúnmente. 

Da terror no tenerte en las madrugadas, no tendría sentido el mundo; he de vivir en una fantasía, tanta irrealidad para tocar el cielo realmente, te vi tan cerca, te tenés que quedar, besarme los ojos y acariciar lentamente mis cabellos mientras suelto nuestras dos palabras. No me queda más refugio que tus brazos intercalando mis respiros, mis pálpitos, no puedo dudarlo, pongo toda mi vida para que te quedés, me arriesgo a decir la verdad, a soltar mis palabras de alma, ¿me creés capaz?

Me abro el corazón para que pasés adelante y aunque se creen quejas en mi contra y me expandan las miserias el único dolor sería tu lejanía por siempre. Por lo tanto hoy te escribo para recordarte que este árbol sigue en pie, no es suficiente, solamente tomá mi vida de la mano y no me soltés, este mundo no lo entiende pero podemos vivir. “Son dos”, ¿recordás? Simplemente te vi venir y nací para esto, para verte llegar.

Shirley Romero