sábado, 2 de abril de 2011

Ojos de luna

El flamenco sonaba desde adentro de la casa, yo salí a mirar la calle pasar por los carros, no me entiendo de vez en cuando, ¿será que giramos la Tierra o ella gira? Todo se confunde en ocasiones, pensaba tanto en ello, en el qué pasará diario. Tan solo miraba la calle pasar. Recuerdo esa tarde donde las montañas de pronto fueron blancas y los árboles no eran solo humanos y los humanos no solo árboles, no todos somos árboles pero él sí lo era, yo le pensaba cada noche mientras la calle pasaba. 
Ese niño que amanece vendiéndole besos al amanecer, le iba amando, era una necesidad y sí, ya sé que se escribe mucho sobre esto, sobre tanto, sobre todo;  esas palabrerías de amor pero esto no es solo amor, no es solo amar, amarlo, amarme, es más que más y suelto la risa porque caigo en lo que jamás caería, eso dice la mayoría, esto es solo parte de esa historia de siempre pero esta es más real, creo yo, siento yo.
La ciudad sin direcciones donde todos se dan cuenta de cómo llegar a esa catedral sin viento, como una noche vacía en la luna, luna, esos ojos de luna que son como un milagro de nunca acabar, ese niño que abraza en sueños, que duerme a mi lado en la imagen poeta que guarda la luz, el alba…pequeña aurora que se esconde tantas veces. Desde aquí sin mirarle, solo sintiéndole, las lágrimas se saltan y corro ante esa calle que pasa, me hace tanto bien recordar sus labios de bolero eterno, ese andar tan sereno, tan enorme…hay tanto que decir, esa canción que va desplegando su sonrisa en esos momentos, sería pasar la eternidad bailando con su mirada, caminar de  la mano como si se pudiese en este mundo que vamos viviendo, creando, ese cristal que desenreda mis más pesadas palabras escondidas, ese corazón de sol…sol es poco, sol es nada…lo siento tanto y beso el valle de su sien como si lograse llegar hasta allá, hasta la penumbra del tranvía.
El flamenco sonaba, cuento esto en pretérito-presente…ese niño de calle pasar, esa luz-aire, la palabra perfecta que lo explica todo (inexistente). No pasó nada si es lo que esperaba que le contara solamente es la parte de desahogo que se intensifica cuando se piensa en ojos de luna, ¿de luna? No lo sé, la perfección no existe, yo simplemente así siento, así pienso y la calle pasa por los carros y todo es nulo si no está, si no vive pero al paso de esta misma calle corro para encontrarle quizá de día, quizá de noche, quizá nunca o quizá ya.


Shirley Romero

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