viernes, 1 de abril de 2011

Tus lágrimas en mi vestido azul

Esta noche es para que el odio
se vuelva antónimo e mis ansias.
Déjate amar un amanecer más,
escúchame mientras no digo nada,
lee mis ojos, sostiene mis manos
que carecen de calor.
Nutre mi dilema,
quédate pequeño…
cada línea de mi mano has trazado,
las pruebas no existen.
No hace falta que demuestres los recuerdos.
busco tras la puerta de tu hierro…
hay una complicidad
y aún guardo silencio
por tus lágrimas en mi vestido azul.
Sin aparentar que el tiempo se fue,
la noche ha caído y tu cuerpo descansa.
Shirley Romero

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