jueves, 22 de septiembre de 2011

La vela de tu mirada



"Como una caracola, tu mirada fue pactada en luz"

Las velas tuvieron su magia,
se atrapa el corazón que vuela
por los pechos que rondan
esta luna.

Más allá las verdades
se vuelven silenciosas,
queda tiempo para leer
dos copas directas en letras puras.

Miro colgantes papeles,
destrozo el sin fin de velas
que trasnochan tu mirada
mientras duermo a tu lado.

Antes de ser parte de mí,
diste a conocer mi faceta
interna, me dejaste escribirle
a tu corazón en desnudez.

He de agradecer el antes,
he de cuidar el ahora,
he de interrogar a mi futuro,
entre la magia de tus velas.

Shirley Romero

El sombrero sobre el arbusto


Tomo su sombrero y busco
en el hoyo de las distancias,
el arbusto crece y sigo en pie,
a su lado mirando hacia adentro
a ver qué secreto o sueño
deja salir.

Se ocupa mi corazón,
deja su vacío, mirando siempre
al universo de puntillas
lo señalo y analizo
cada cual a su gravedad
para mirar el tiempo latente.

Se cuela mi mano
su mirada campante,
misteriosa y frívola
que encierra las luces
de un oscuro vaivén
del que el mundo no habla aún.

El cuenta gotas cae sobre
el arbusto, tomo el sombrero
y sigue mirando al cielo
como si fuese parte de su sangre,
parte de su alma,
parte de sus secretos de hombre.

Flota el río en su mirada,
cae el sombrero nuevamente
en mi mano, se silencia tanto
y pregunto poco,
pregunto en mi mente pero ya sé
que lee lo que voy pensando.

Se entumen sus ojos,
gotea el rayo de luz
que despeja su prisma
en cuerpo y lo noto
sin contarlo, él explica
en mente y yo le escucho en miradas.

Llegó la lejanía a ocupar el corazón
vaporoso en el trance
que quita nuestros pies
de la gravedad del mundo interno,
interno de lo interno, el sombrero
sobre el arbusto, me marcho y él sigue.

Shirley Romero

miércoles, 21 de septiembre de 2011

Tres puntos



La soledad ha tragado mis credenciales;
muchas puertas que se abrían
durante los temporales,
han cerrado la ventana de cicatrices,
destinada a las palabras que ruedan
en papeles baldíos
por burdos lapsos de tiempo.

Las dogmas de mi sangre
han quedado en marcha
de olvido.
Vi llegar los rumbos del pensar,
quizá enmarañe mucho
estas palabras,
no me estoy entendiendo.

Me traen mil canciones
a un escondite secreto,
donde el viendo lleva tres puntos,
en un papel que baila
por la mirada de algunos,
con fuerza que no tengo hoy,
quizá pasen siglos y no la obtenga.

El aire toma mi nombre,
demora al universo
para enmarcarlo en una semifusa
que amarra las llaves
en capsulas limitadas.
Hay dos pasos, el malo y el bueno
y quizá recuerdes a mal y bien y rías.

Por mientras sigo dando volteretas
que los llevan al error ilimitado
de ser notados por ciertos ojos
que esconden purezas
vistas como impurezas,
son solo trueques de lo original,
tómalo en secreto, ya sabes la verdad.

No todo está perdido, tanta lágrima,
dijo Drexler, sintiéndose vaso vacío.
Hoy trae la espuma del tiempo
y grito en lo serio del remo
que trae este río, he visto luces,
he visto aguas, torrentes, tormentas
y hoy siento aún más fuerte el ruido.

Quizá la soledad tragó mis credenciales
y aún no supere el desarrollo de alma
que clava un antes en un ahora
formando un fuerte después,
estrellando las ondulaciones
que no vivo, no viviré,
ya no se sabe cuán vivo se está, se está.

Shirley Romero

viernes, 9 de septiembre de 2011

De cielo azul



Recuerda aquellas tardes
donde Peter Pan volaba
por tus sueños de niño
encontrando mi mano
para llevarme lejos de tantas lluvias
y ser un simple niño
viviendo en luz fugaz.

Recuerdo tus años, tus luchas,
recuerdo el momento de tomar
las agallas, mirarte a los ojos
y verte mi niño, saberte el alma
que aún era un brote de flor pura.
Esta película nos hizo llorar
y la trama fue nuestra historia.

A los pies de nuestra cama
están los recuerdos y entre juguetes
de cielo azul volamos cometas
sintiendo en el cuerpo esa niñez eterna
al estar juntos.
Volveremos a encontrar nuestro corazón
maltratado por los caminos.

Vuelve a ser niño, hoy te recuerdo
en mi pecho adormecido buscando mi cuello
para tender tu silencio
y mientras como madre
te beso la frente
recordaremos este recuerdo entre los niños
que corran por ahí buscando algún recuerdo.

Shirley Romero

martes, 23 de agosto de 2011

Cometas bailando en tu cuello



La travesía ha dominado tu andar,
nuevamente uso las frases
que una vez te envenenaron
mientras morías y yo reía
por verte andar tan cruel
fingiendo ser realista.

Me dolieron los cristales
encarnados en tu hiel y el paso
de los años te hacen más cruel mientras más
reía en los lapsos de tu expresión
al mirarme andar por tus cabellos baldíos.

Causaba lágrimas ese aire de burbuja
entre las cometas que bailaban en tu cuello,
tan poseído por algún dilema
que te trajo hasta el más recóndito
espacio de mi pensar por besar
el remedio de mi mirar ante el alba.

Nuevamente uso las frases
que una vez te envenenaron,
quizá dos o tres o mil.
Por tanto y todo este espacio de mi pensar
forma ciclos de vida, hoy, mañana, después.

Shirley Romero

jueves, 18 de agosto de 2011

Gritan mis manos



Gritan mis manos
las copas cayeron
en tu escondite macabro.
Se nubló mi pecho increíble,
se derrumbó tu cuerpo al extremo.

Pongo mis manos al fuego
y dejo que mi alma muera,
hoy y ayer y los huesos
siguen crujiendo en esta muerte.

Ambos sabemos cómo inicia la vida,
ambos imaginamos cómo termina,
siento un compás en el cuello
y mil vidrios rozando mis pies.

Se detiene el universo y nos ve hoy,
ya tan oscura la noche, tan profundo
el andar de las calles que de seda
marcan nuestra sangre por unión.

Esta escuela extraña que nos hace entender
vidas entre rumbos estelares,
entre planetas torcidos porque así han de ser,
un mosquetero de búhos en la mano.

No debo esconderme de tu mirada,
no debo recorrer tus manos
para que sientas mi temblar por dolor,
solo deseo escribir la canción.

He de presentarme entre legiones,
algún lugar de aire infrecuente,
un cuento de negocios,
una academia de universos en uno solo.

Frente a la esperanza
del “no te marches”
pienso en las palabras de aquel hombre
que estrecha mi mano y dice “sigamos”.

Hemos de llorar cuando los estratos
que cargan nuestras almas lo dicten.
eres mi amuleto, desnudo tu alma
sin tocar ni tu mano y tú haces lo mismo.

Gritan mis manos, gritan azul intenso
por mirarte a los ojos y mojar tus mejillas
con mis lágrimas destrozadas por tan solo
querer amarte un día más, con una fuerza más.

Nos llena el desdén, nos invade la histeria
y he de implorarte una vez más que te quedes,
olvidemos la vida e iniciemos este nacimiento
unidos, tal como lo forma el universo.

Shirley Romero

martes, 9 de agosto de 2011

Siluetas de memoria



No sé de qué ciudad has de venir,
me desvelo en tu silencio y te arrullo lejos
a horas exactas, de vuelta al oriente
que se esconde en tus párpados
moldeados a perfección de universo.

Podría clausurar tus dilemas, mas es imposible
convertirme en espía siendo tu guardián.
Las siluetas de memoria me rompen el llanto
en gritos prontos de victoria aunque el mundo
nos golpee día a día por la espalda, estando de rodillas.

No sé cuándo te he visto, sé que no solo eres
una ilusión pasajera y hemos llegado como aves
a una isla virgen en exagerada proporción de fruto.
Estas líneas de espacio no son escondites
entre caracolas de visión, te he visto, lo juro.

Pido a un dibujante trazar tus núcleos de alma,
virar a tu derecha y sostener tu izquierda
mientras aterriza el lápiz de punta azul
en tu zapato por tanto andar y saber llevar luchas
antes del fin, fin eterno.

Voy en vuelo a brazos abiertos y aunque no
nos quede fuerza seguimos, te tengo en mente
y aunque los versos sean melancólicos,
lo enérgico de este andar es tu lejana lágrimas
oscurecida entre la felicidad que te aguarda.

Tocamos la esquina y te siento cerca,
ya no hay que temer, la vida es llevadera
porque vamos sintiendo lo mismo.
En tu destino se pinta mi norte y solo me importas
tú, ya no importa qué tan lejos, te siento.

Mi niño de ojos tristes y juguetones
ya no debes temer, no hay nada como este amor.
Sabes que te has de refugiar en mi pecho
de día y de noche pero el tiempo nos enseña lecciones,
es todo, ¿me acompañas en esta paciencia?

Invento cuentos y me duermo en ellos,
soñándote ya a mi lado entre lluvias nocturnas
e historias lejanas de cuando tenía tu tamaño
y mi escondite era esa habitación que como maña
sé que también tienes.

Vamos cruzando estos trece mil pasos
que nos hacen pasajeros en este mundo
ya que no es el nuestro.
Estoy aquí de brazos abiertos, nunca cruzados,
porque sé que sabes que lucho por ti.

No me responden los tiempos,
no me responde la vida, el aire, el fuego.
Ya no duele, vamos aquí de paso,
¿me crees? Nunca habría de engañarte
por verte sonriente y por dentro confuso.

Se nace en lo que se siente
así que ya somos viejos en esto mi pequeño
muñequito de canciones nocturnas
y repitentes vocales por no entonar aún.
Te veo pronto y es promesa de alma.

Shirley Romero